—Sí, dije eso... Pero no es cierto para todo, como aquel árbol.
—He visto como destruye miles de mundos, pero en ningún mundo he visto que falle. Ese árbol es realmente peligroso, Anon... Una vez lo vi pelear cara a cara con 4 dioses —habló Damon con una expresión seria.
—¿Los mató a todos? —preguntó Anon con una expresión confusa.
—No, uno sobrevivió para matar al árbol... Pero, tres de ellos murieron —respondió Damon.
—Mira, eso es lo que estoy diciendo... ¿Cómo mató ese dios al árbol? —preguntó Anon con una expresión curiosa.
—Él... Se sacrificó creando una explosión tan grande, que borró a ambos de la existencia —respondió Damon con una expresión neutral.
—Mierda... —habló Anon con una expresión impactada.
—Mira... Los dioses nunca pueden crear algo malo, por eso buscaron ayuda de los Demonios y crearon el árbol de sangre.
—Puede que no tenga la respuesta a su destrucción... Pero, tal vez los Demonios la tengan, ellos que lo crearon —habló Damon con una expresión seria.