Un Encuentro Predestinado (Parte 4)

No tardaron mucho Baphomet y Eldrakar en alcanzar el pilar de luz y ambos aterrizaron a unos metros de distancia.

Al acercarse más al pilar de luz mitad dorada y mitad negra, notaron que el pilar emergía de un altar redondo de aproximadamente doscientos metros de diámetro.

El altar entero estaba cubierto por el pilar de luz, así que no podían verlo claramente, pero los bordes exteriores del altar estaban grabados con runas de aspecto antiguo que les eran claramente visibles.

—Las runas grabadas en este altar son de muy alto nivel —dijo Eldrakar en voz baja mientras examinaba los bordes exteriores del altar, repleto de decenas de diferentes tipos de runas.

Baphomet no respondió a Eldrakar ya que su conocimiento sobre runas era prácticamente nulo. En lugar de enfocarse en el altar, observaba el pilar de luz que se extendía miles de metros hacia el cielo.

Intentó ver el final del pilar pero vio que se desvanecía en el cielo sin un fin visible.