—Afilar todas esas armas tomó a Abadón y Kanami un poco más de lo normal, ya que habían duplicado recientemente su número de reclutas.
—Así que, fue alrededor de la 1:00 cuando finalmente terminaron.
—Bueno, fue cuando Abadón finalmente terminó...
—Juzgando por el hecho de que su hermana ya estaba dormida, supuso que ella podría haber terminado hace bastante tiempo.
—Lo que pasa con Kanami es que podía dormirse casi en cualquier lugar. De ahí que Abadón no encontrara extraño que estuviera recostada sobre un enorme martillo de guerra.
—Y como era de esperar, Seras también seguía dormida. De hecho, dormía tan profundamente que Abadón no quería moverse y despertarla.
—Como resultado, terminó sentado allí más tiempo sin nada realmente por hacer.
—En lugar de quedarse dormido él también, Abadón sacó su teléfono del bolsillo y se puso los auriculares.
—Escuchaba música para ahogar los suaves ronquidos de las dos mujeres en la habitación.