Un pijamada nada sexy Pt. 2

Ahora que el peor escenario imaginable se había materializado, Izanami salió a la vista y saludó tímidamente a las chicas.

*Ahem* —H-Hola.

Las bocas de Mira y Yemaya se abrieron lentamente mientras se giraban hacia su padre.

—…Dragón puto.

—Hombrezuela.

La mandíbula de Abadón cayó abierta.

—Chicas, no hace falta que ataquen a su padre.

Eris rodeó la cintura de Izanami con su brazo y la acercó.

—Sabes que él no haría algo que no quisiéramos todos… y además, creo que yo quizás deseaba esto aún más que él.

Eris besó suavemente a Izanami bajo las miradas sorprendidas de todos en la sala.

Los ojos de Mira y Yemaya se suavizaron y asintieron pensativamente.

—Oh... Entonces está bien, Mamá.

—Sí, mientras tú estés feliz.

La disparidad en el trato causó que Abadón arrojara su almohada contra las cabezas de sus dos hijas con suficiente fuerza como para dejarlas inconscientes.