Antiguos Enemigos y La Cumbre

El sonido de los pies de Lailah resonaba en el suelo mientras corría por las escaleras hacia una ala específica del palacio.

Sus pupilas se movían de un lado a otro mientras su mente iba a 1,000 millas por minuto. Su corazón y estómago estaban enredados y su sangre hervía.

Tenía que ser un error. Simplemente tenía que serlo.

Lailah abrió de par en par una puerta familiar y saltó de cabeza a un nuevo reino rosa.

Su hermoso rostro se estiró y se volvió más duro y serpentino. Sus labios perdieron su suavidad y se estiraron hasta rasgarse.

Cinco cabezas, cada una tan inquietantemente similar y paralizante como la red brotaron de su figura. Sus cuellos se alargaron y dieron a su cuerpo entero una apariencia larga y serpentina.

Volaba por el cielo con enormes alas oscuras que podrían haber arrasado una cadena montañosa con un solo aleteo.

Se lanzó hacia la distancia, donde un palacio estaba situado justo fuera de su vista.

Lailah lo alcanzó prácticamente en nada de tiempo.