Abadón no estaba seguro de por qué, pero Izanami parecía actualmente única emocionalmente de una forma que él solo había visto raramente en ella. Inmediatamente se despertaron sus preocupaciones.
Lentamente puso a Odessa en el suelo y dio unos pasos muy cuidadosos hacia Izanami.
—Mi querida... ni siquiera sé de qué estás hablando. Ese niño es Caelum —le recordó.
—Y-Yo sé, pero... —tartamudeó Izanami—. Asherah dijo que...
—¿Qué dijo Asherah? —Abadón levantó una ceja.
La diosa Sintoísta paseaba por el cuarto mientras movía frenéticamente sus manos.
Abadón aún intentaba hablarle con calma para, con suerte, bajarla de donde estaba.
—Izanami... no sé qué te ha dicho Asherah, pero no he hecho nada a Caelum. Incluso si quisiera... no puedo traer de vuelta a Aghee...
—¡T-Este no es el tema Agheel! —insistió Izanami.
—¿Entonces qué? —replicó Abadón.
Izanami tomó varias respiraciones profundas mientras intentaba controlar sus emociones antes de hablar más.