Movimiento tonto

Fénix se apresuró detrás de él, dándose cuenta de que se iba, y lo alcanzó en la habitación detrás de los tronos.

—En serio, necesitas decírmelo antes de lanzar mierda sobre mí. ¿Has tomado siquiera un solo segundo para pensar en las repercusiones de tus palabras? —le gruñó.

Astaroth suspiró profundamente.

—Puedes pensar que no lo hice. Pero eso no es verdad. Escucha, sé que crees que estoy arruinando tus esfuerzos. Pero me di cuenta de algo en los últimos días. Cualquier persona puede morir —dijo.

Fénix lo miró con enojo.

—¿Qué tiene que ver esto con algo? —preguntó.

—¡Tiene que ver con todo! —gritó Astaroth.

Fénix dio un paso atrás, sobresaltada por su súbita explosión.

—Mira. ¿Puedes decirme cómo reaccionarías si un demonio apareciera de repente y me matara? Sin lucha, sin correr. Simplemente me matara al instante.

Fénix lo miró con incredulidad.

—Pero eso no puede