Argumento

Astaroth no estuvo inconsciente por mucho tiempo, pero mientras lo estuvo, los esfuerzos de los monstruos por entrar a la cueva y robar el fruto se redoblaron, sus mentes embaucadas por el aroma del fruto conforme maduraba.

Incluso los aliados de Astaroth no podían mentirse a sí mismos; el fruto claramente atraía sus cuerpos. Pero tenían un mejor control sobre sus mentes, dado que estaban vinculados entre sí y con Astaroth.

El único que permaneció sin afectar fue León. Se preguntaba por qué, al principio, ya que el mismo fruto era lo que lo había hecho tan poderoso como era ahora.

Pero cuando la batalla terminó, y posó sus ojos en él, entendió. Su cuerpo le decía que esta ya no era la manera de volverse más fuerte.

Pero rápidamente estalló una discusión en la alcoba sobre quién debería obtenerlo.