—Él era reacio a hacer esto, ya que aún no estaba seguro de a quién pertenecía esta voz. Pero la perspectiva de vengarse de Gayo le despertó un antojo de retribución que no podía ignorar.
Estaba furioso con el dios por muchas razones, la más reciente era que había desintegrado a Luna. Si ella no hubiera sido una manifestación del alma, habría sido el final para ella.
¿Y el pensamiento de perderla por un dios caprichoso que no podía controlar su ira? Eso lo incitó.
Pero había otras razones. Como el hecho de que estaba cazando a Psique, o Nemus, como ahora se le llamaba, y Nemus era su aliado.
Además, ahora que Gayo había visto cuán cercana era su esencia a la de ella, no había manera de saber cuándo decidiría que Astaroth era una amenaza demasiado grande y bajaría aquí para acabar con él.
O peor. Ir a la Tierra y matarlo.
Astaroth dejó que la voz guiara sus acciones, escuchando sus órdenes.