El avión se sacudió levemente mientras los motores lo impulsaban hacia adelante y fuera del hangar. Alex observaba cómo el edificio metálico desaparecía de su vista mientras el resto del aeropuerto lo reemplazaba.
Finalmente avanzaban en algo en lo que había pensado durante mucho tiempo.
Desde el primer día que David lo convenció de que el mundo estaba acabándose, Alex había pensado en este día.
El día en que tendría que dejar su hogar para proteger a otros humanos alrededor del globo. Y ese día había llegado.
Lo había imaginado bastante diferente, muchas veces, a medida que su situación cambiaba durante los últimos meses. Más de medio año ya había pasado volando y tanto había cambiado desde entonces...
Había ganado muchos aliados confiables, amigos en quienes confiaba su vida, y una mujer a la que amaba con todo lo que tenía, y eso era solo en cuanto a personas.