Ya, Alex estaba teniendo flashbacks del incidente de la rata en los túneles del metro de Montreal y su ánimo se agrió.
Si esta reina arpía se parecía en algo a la reina rata de aquel entonces, tomaría una enorme cantidad de esfuerzo derribarla, además de tiempo y recursos de los que apenas disponían.
Aterrizando cerca del grupo, que había alcanzado la entrada a los túneles del volcán, Alex miró a David, quien tenía una expresión preocupada en su rostro.
—¿Qué sucede? —preguntó Alex.
David lo miró y chasqueó la lengua.
—He estado intentando contactar arpías por un tiempo, y no respondían. Tenía una mala corazonada de que esta fuera la causa, pero no tenía pruebas. Supongo que ahora tengo mi prueba... —dijo, mirando hacia los túneles de donde provenía el grito.
Era sorprendente para él, ya que las arpías generalmente preferían anidar al aire libre. Nunca había oído hablar de que anidaran en cuevas, mucho menos en cuevas que comenzaban a sobrecalentarse.