La pregunta sorprendió a la arpía, ya que no era algo que esperaba escuchar.
Ella miró hacia su cuerpo herido antes de volver a fijar su mirada en la niña.
—¿Cuánto más puedo sacrificar? —preguntó retóricamente.
Jin-Sil soltó una ligera risita.
—Entiendo de dónde vienes. Pero estoy hablando más allá de tu vida. Puede que no lo parezca, pero nuestro grupo tiene dos personas que podrían usar tu esencia más allá de tus limitaciones mortales. ¿Estás dispuesta a entregarte a ellos por una oportunidad de venganza contra quienquiera que te haya hecho esto? —preguntó Jin-Sil, con una sonrisa en los labios.
Las cejas de la reina arpía se fruncieron.
—¿Cómo es eso? —preguntó.
Jin-Sil se giró, señalando a Alex y David, antes de volver su mirada hacia la arpía.