—El polvo se levantó de la piedra al romperse, mezclándose con los vapores que el magma liberaba constantemente dentro de esta habitación, y el aire se volvió opaco.
Al perder el contacto visual con el dragón, todos se pusieron nerviosos. ¿Habían acertado sus ataques?
¿Estaba muerto el dragón, o estaba aguardando el momento oportuno, listo para atacar?
Kary escaneó la habitación con sus sentidos mágicos, tratando de encontrar un eco del mana del dragón de antes. Esperaba no encontrar nada, por supuesto, pero prefería guardar el optimismo para cuando salieran de allí.
No estaba sola en este empeño, ya que Alex, a pesar de su respiración entrecortada y su cuerpo cansado, avanzó, escaneando la habitación con sus ojos y sentidos mágicos, con la esperanza de que hubieran acabado con la bestia.
Le llevó diez segundos completos encontrar el cadáver desplomado del dragón, pero algo era extraño en él.