Pidiendo Ayuda a la Pereza

«No me digas que va a subir de nivel, alcanzar esa etapa», pensó William mientras empezaba a entender por qué aún no había visto rastro de ese monstruo.

No estaba en la superficie, ¡se estaba escondiendo en lo profundo de ese lago de lava! El último paso que necesitaban los humanos y los monstruos para alcanzar la cima era peligroso. Si pasaba cualquier cosa, incluso algo pequeño, cambiaría todo.

Cuanto más lo pensaba, más emocionado se sentía. Ahora entendía por qué todos estos monstruos estaban aquí, por qué crecía la vegetación. ¡La copiosa cantidad de poder espiritual liberada por ese oso era suficiente para convertir una tierra árida en un paraíso! Y eso era lo que más emocionaba a William.

Así, la cantidad de poder espiritual que él y los demás ganarían era bastante inmensa, mucho mejor de lo que esperaba. Al mismo tiempo, también era un punto a considerar que este monstruo no iba a luchar tan duro, solo al principio.