La pelea parecía imposible de ganar, especialmente bajo tales circunstancias. Y, sin embargo, todos lucharon valientemente, mostrando gran fuerza y desafiando a cualquier enemigo que se acercara, deteniéndolos sin perder mucho a cambio.
Los maestros de alto nivel no se contuvieron en nada y usaron sus técnicas más fuertes cuando la situación lo requería. No se centraron en matar a todo lo que les rodeaba, solo en herirlos lo suficiente para que el resto de los maestros pudiera derrotarlos.
Hacer esto les permitió liberar un poco de tiempo y esfuerzo, lo suficiente para mantener un equilibrio tenue entre ser aplastados o quedar agotados. En cuanto a William, se movía constantemente por el vasto frente de batalla, actuando como un bombero. Identificaba cualquier lugar donde las cosas estaban fuera de control, y luego se dirigía allí para ayudar a los maestros a mantener la presión.