Se apareció como una pequeña bola de luz, luego se expandió para formar una enorme bola de brillante luz blanca. Entonces comenzó a emitir rayos deslumbrantes, unos que viajaban rápido y parecían cubrir todo el mundo.
A los ojos de los maestros que estaban cerca de este coloso, parecía como si esta bola fuera una bomba que acababa de detonarse. Para los maestros que estaban lejos, vieron que el gigante formaba una bola que se convirtió en una verdadera estrella, irradiando rayos de luz brillantemente y cegándolos a todos.
La luz duró diez minutos seguidos. Durante ese tiempo, nadie pudo ver nada, ni siquiera usando el sentido espiritual. Solo William pudo ver y controlar el ataque.
Los minutos que pasaron lentamente para todos parecían bastante aburridos para la mayoría, pero pasaron bastante rápido para William, mientras desarrollaba pequeñas gotas de sudor en su frente.