Demuestra tu valía

El largo y oscuro pasillo se extendía frente a ellos como una herida abierta en el tejido del tiempo mismo, un lugar intocado por el paso de los años pero atormentado por su peso.

Las paredes estaban cubiertas de telarañas, y el aire llevaba una quietud sofocante, como si las mismas ruinas contuvieran la respiración.

Y entonces, lo vieron.

Una figura desfigurada envuelta en negro, su esqueleto retorcido y expuesto donde huesos carbonizados y ennegrecidos sobresalían en ángulos antinaturales.

Llamas verdes oscuras rezumaban sobre su cuerpo, pulsando con un resplandor siniestro y profano, reflejando la misma luz que ardía en sus cuencas vacías. Las llamas dentro de su cráneo parpadeaban lentamente, metódicamente, como un ser que desde hace tiempo había trascendido la necesidad de apresurarse.

Skully.

Él estaba inmóvil frente a la gran roca, tal como Asher recordaba. Como si estuviera guardando algo.