La opresiva atmósfera se tornó aún más densa, cargando el peso de las frías y despiadadas palabras de Asher.
Presionaba sobre todos ellos, asfixiando los corazones temblorosos de los vulpinos con un miedo insoportable. Incluso el normalmente vibrante resplandor alrededor de Kira se había reducido a un tenue y triste destello.
La desesperación surgió dentro del cuerpo maltrecho de Kira al ver a Asher acercándose hacia ella con pasos medidos e implacables.
Su pulso retumbaba desesperadamente en sus oídos, el pánico encendiendo una última chispa de resistencia en su interior. Apretó con fuerza el pomo de acero, sus nudillos blanqueándose por la tensión mientras una brillante hoja de energía blanca surgía una vez más.
Con un último grito de desafío y angustia, Kira blandió la resplandeciente espada hacia Asher, rezando para que encontrara su objetivo.