—No me mires así. No lo maté yo —respondió Karyk con calma—. Ni siquiera recuerdo habérmelo encontrado.
—Los que vi cuando me iba de Ciudad Real eran sus Guardias y su hermana. Y ni siquiera los maté ya que no me quedaban fuerzas después de crear a mis No muertos —agregó—. Estoy seguro de que ese tipo estaba vivo cuando me fui.
Karyk sabía que no había posibilidad de que hubiera matado al Emperador Elzeirano. Hasta donde recordaba, el Emperador todavía estaba vivo cuando él dejó este mundo.
Eso solo significaba que el Emperador había muerto entre el tiempo que él se fue y ahora.
—¿Estás seguro de que está muerto? —le preguntó al Rey del Mar No Muerto.
—Vi la coronación de la Emperatriz con mis propios ojos. Eso no puede suceder a menos que el Emperador esté muerto.
—¿Dijeron que yo lo maté?
—Eso...
El Rey del Mar se quedó en silencio. Se dio cuenta de que nunca le habían dicho cómo murió el Emperador.