Escuchando la voz desconocida en su cabeza, Karyk sintió que le surgía un dolor de cabeza. No podía recordar haber escuchado esa voz antes.
Cuanto más trataba de localizar el origen de la voz, peor se sentía su memoria hasta que la voz desapareció por completo.
—¿Podrían ser los recuerdos de los devorados? —se preguntaba, sacudiéndose los extraños pensamientos.
Su enfoque volvió al cristal en su mano. Conectarse con el cristal era sencillo. Todo lo que necesitaba hacer era liberar algo de esencia abisal y el cristal quedaba vinculado a él.
Por esa misma razón, los forasteros no podían usar el cristal, incluso si lograban matar a los dueños. Era el mecanismo de seguridad perfecto de estos cristales.
Con la conexión establecida, Karyk sentía como si el cristal fuera una parte de su propio cuerpo. Inmediatamente comprendió cómo utilizar el cristal, como si fuera una extensión de sí mismo.
—Así que así es como se te usa. En ese caso, si te devorara, ¿no sería lo mismo...?