El Mímico extendió una tableta de datos, y Nico le sonrió. —Gracias por los datos. Esto será útil.
La chica la miró confundida. Todavía sostenía la tableta. Asumiendo que era un comentario preventivo por parte de Nico, se la entregó y observó mientras Nico la colocaba delicadamente sobre la mesa frente a ella sin mirarla.
Su pensamiento era que Nico era un poco extraña, bueno, más que un poco extraña, dado cómo la había manoseado en el momento en que se conocieron, pero nunca consideró la posibilidad de que Nico ya tuviera los datos y solo se había abstenido de hackear cada dispositivo en la sala por cortesía, no porque no pudiera.
El jefe entró justo entonces, y Max se levantó para estrechar su mano. —Jefe Maddox, es bueno verlo de nuevo.
La hija del jefe se rió entre dientes al escuchar a Max usar el nombre público cuando había usado su nombre real cuando se conocieron por primera vez. Un nombre que muy pocas personas, incluso en el negocio, conocían.