—¡Manma! —Eiko besó la mejilla derecha de Vera, haciendo sonreír a la dama de cabello plateado.
—Yo también te extrañé, Eiko —respondió Vera y besó la cabeza de Eiko, haciendo que el limo bebé se riera.
Acababan de llegar a la Academia Barbatos después de viajar desde la Fortaleza de Wildgarde.
La abuela de Lux miró entonces con gran interés a la joven dama que estaba al lado de su nieto.
Antes había visto a Aurora, pero esta llevaba una capa con capucha que ocultaba su rostro. Sin embargo, después de que Aurora vio al familiar de Lux, la belleza de pelo rosa reveló su rostro y le dio a Vera una reverencia educada en saludo.
—Abuela, ella es Aurora —dijo Lux. —Aurora, ella es mi abuela Vera. Ella es quien me crió.
—Es un honor conocerla, Señora Vera —dijo Aurora con una sonrisa.
—El placer es mío, Aurora —respondió Vera—. Pero por favor, llámame abuela.
—Entendido, abuela —La sonrisa de Aurora se ensanchó.