Después de entrar al Segundo Nivel del Abismo, el resto fue pan comido.
El Abismo era infinitamente profundo, pero no infinitamente ancho.
Cada piso no era tan grande como un continente entero. A lo mucho, solo tenía la masa de tierra de un pequeño imperio en Elíseo o Solais.
Por eso, no tardaron mucho en llegar al borde de cada Nivel y tomar el portal al siguiente.
A diferencia de Prima, que era excesivamente protectora de su Dominio y podía sentir a cualquiera que lo entrara, los otros Semidioses ni siquiera sintieron la llegada de Lux y James, haciéndoles pensar que todo estaba como de costumbre.
Cuando entraron al Duodécimo Piso del Abismo, Lux se sintió ansioso al recordar lo que Prima le había dicho.
Si el Portal que llevaba al Decimotercero Capa estaba de verdad bloqueado, él no tendría forma de seguir adelante.