—Te dije que lo encontraríamos aquí.
Ren se movió ligeramente, sus movimientos lentos como si estuviera agobiado por una carga invisible. Lentamente, dirigió su mirada hacia Joker y Angélica, pero sus ojos no mostraban chispa de vida.
Incluso el simple acto de mover la cabeza parecía laborioso para Ren. Permaneció en silencio, su mirada cayendo al suelo bajo él.
Sentado allí, parecía inerte, resignado a simplemente soportar el paso del tiempo hasta que su existencia se desvaneciera.
La llegada de Joker y Angélica pasó desapercibida para Ren. No cuestionó cómo habían localizado su apartamento ni mostró interés en cómo habían llegado. Su mente estaba distante, desapegada de la realidad que lo rodeaba.
Perdido en sus propios pensamientos, Ren prestaba poca atención a los días que pasaban. El tiempo no tenía significado para él en su actual estado de desolación.
Todo lo que deseaba era desvanecerse en el olvido.