Daga Matabestias

Frente al enorme trono, Lex parecía una hormiga. El diablo sentado en el trono parecía tanto grandioso como amenazador mientras miraba hacia abajo a Lex. La oscuridad circundante se envolvía alrededor del rostro del diablo, de modo que solo sus ojos eran visibles, pero el resto de su figura se podía ver fácilmente, como si estuviera totalmente iluminado.

El diablo parecía disfrutar claramente de la sensación de Lex mirando hacia arriba hacia él y hasta se inclinó hacia adelante para poder acercar su rostro justo arriba de Lex, forzándolo a arquear aún más su cuello. Pero mientras el diablo se deleitaba en su sentido de superioridad, Lex era indiferente a la diferencia de tamaño.

Una vez que uno ha estado encima de un dragón, el tamaño de las cosas apenas parece importar.

—Tú... —el diablo comenzó a decir, estirando sus palabras como si quisiera crear anticipación—. ...estás distraído.