Cualquiera que fuera el problema, sentarse y simplemente pensar no le ayudaría a evitarlo. Además, no había garantía de que siquiera fuera a suceder realmente. Decidió consultar a Vera, el Oráculo y su asesora perpetua en todos los asuntos relacionados con la adivinación.
Podría preguntarle también a Cassandra, pero ella sabía demasiado acerca de cosas que él ni siquiera podía imaginar. Las probabilidades de que él cometiera un error eran extremadamente altas, por lo que, cuanto menos hablara con ella sobre asuntos relacionados con la Posada, mejor.
—Mary, ¿hay algo en lo que necesite prestar atención en la Posada? —preguntó mientras intentaba planear sus próximos pasos.