Mary y Lex miraron hacia la esfera mientras vibraba, no, zumbaba suavemente. Era muy importante que el sistema respondiera a él, pues no deseaba tomar medidas drásticas.
—No deberías compararte con la tortuga Soberana Galáctica —una voz joven e inmadura habló en voz alta. Casi sonaba adorable.
—Es una falta de respeto a la tortuga. Deberías sentirte honrado de que te preste tanta atención, no hacer un berrinche porque te sientes inferior.
A pesar de todo lo que había pasado, Lex no pudo evitar que su labio se torciera. Estaba bajo tanta presión, enfrentándose al sistema que le había causado tantos problemas, y aquí estaba, con la voz más linda del mundo, instruyéndolo para que no se comportara mal. El hecho de que el sistema sonara tan sincero, en lugar de condescendiente como había imaginado, de alguna manera hizo la situación peor. O mejor. No podía decirlo.
—Así que al final respondes —dijo Lex, centrándose en el asunto. No podía permitirse distraerse.