Una vez más

Le llevó varias horas a Lex recuperar la calma, y una vez terminada su meditación, Lex no pudo evitar fruncir el ceño. Había pasado mucho tiempo desde que perdió el control y apareció la espada. Pero esto era un recordatorio de que solo porque un problema dejaba de aparecer por un tiempo no significaba que había desaparecido.

Debía trabajar en su intención de espada y hacer que esta desapareciera.

Pero mucho más que eso, Lex estaba decepcionado de sí mismo. ¿Era eso todo lo que se necesitaba para alterarlo? Era comprensible que se enfadara cuando atacaban su Posada, o a sus trabajadores, pero ¿una mención aleatoria de sus padres fue suficiente para sacarlo de sus casillas?