Lex mantuvo su mirada fija, sin dejar que sus emociones se reflejaran en su rostro. Era una experiencia surrealista, escuchar a alguien hablarle sobre los eventos en su propia vida. Aunque había estado allí en cada suceso, no tenía idea de que todo eso estuviese aconteciendo. Todo había sucedido justo frente a él, pero jamás lo supo.
No es que asumiera alguna culpa por ello, o se permitiera sentirse culpable. Era un niño, y además mortal. No había forma de que hubiera podido ver a través de toda la engañifa. Pero aún así, le hacía cuestionarse si todos sus buenos recuerdos eran siquiera reales. ¿Cuándo habían sido reemplazadas sus hermanas por clones? Ni siquiera lo sabía.
Irse a la universidad y estar lejos de su familia debió haber hecho fácil que fueran reemplazadas. Pasar años en Nueva York mientras se suponía que estaban en Londres probablemente también les facilitó hacer lo que quisieran.