—¿Cuándo van a casarse ustedes dos? —preguntó Ambrosia con una sonrisa emocionada en su rostro.
—¿Casarse? —Nux frunció el ceño, confundido.
—¿No es eso por lo que están aquí? ¿Para obtener nuestra bendición, casarse y finalmente estar juntos? Entonces, ¿cuándo van a hacerlo? —preguntó Ambrosia y de repente, Nux y Melia enmudecieron.
Viéndolos actuar de esa manera, Ambrosia frunció el ceño, confundida.
—Melia…
Ella la llamó mientras estrechaba los ojos, Melia, que por alguna razón no podía apartar la vista de su madre, no tuvo más opción que responder.
—M-Madre...
—Ya soy Melia Leander...
De repente, la atmósfera jovial alrededor de la habitación cambió. Todos los Sangrecorazón se volvieron hacia Nux, el pobre hombre que ahora era el centro de atención no sabía qué decir.
—¿Me estás diciendo que ustedes dos ya están casados? —preguntó Ambrosia mientras miraba a los ojos de Nux.
—Sí, ahora trato a Melia como mi esposa.