No puedes escapar.

—¡LOS MATARÉ, BASTARDOS! —Sauren gritó lleno de ira. Sus ojos estaban inyectados en sangre, su rostro rojo de cólera y todo su cuerpo temblaba. Olas de energía poderosa estallaron de su cuerpo, destruyendo todo a su alrededor. La Mansión de Lujuria y todos los otros edificios no pudieron resistir su furia y cayeron.

El Estado de Lujuria, que ya había sido atacado por los Dragones, ahora estaba siendo destruido por un Líder del Clan encolerizado, un Esposo y un Padre.

—¡AAAAAGGGHHHHHHHH! —Sauren gritó, listo para destruir todo a su alrededor.

Al principio, no le importaba mucho el hombre llamado Diablo, simplemente quería apuntar a Nux y se acercó a Arcturus por esa razón. Ahora, sin embargo, las cosas han cambiado.

Ahora quería las cabezas de ambos, Nux y Diablo. El ser jugueteado de esta manera... nunca olvidaría esta desgracia en su vida. La próxima semana, en su batalla contra Nux, tendría su venganza.

La espada de Sauren en su mano.