—¿El Diablo...? ¿Te refieres... a mí? —preguntó Nux mientras inclinaba su cabeza, actuando confundido. Al mismo tiempo, sus rasgos faciales empezaron a cambiar, sus ojos dorados se tornaron púrpuras, cuernos crecieron en la cima de su cabeza, las orejas se alargaron y en un instante, cambió de un Humano a un Íncubo.
Un Íncubo que todos en el estadio podían reconocer.
—El Diablo... —todos en el estadio entrecerraban sus ojos en confusión.
—Él... ¿Qué hace aquí...? —preguntó Alaric con una mirada confundida en su rostro.
Y Nux, quien escuchó su pregunta desde lejos, se giró hacia él y preguntó:
—¿A qué te refieres? Era mi pelea, por supuesto que estaría aquí.
—Era la pelea de Nux —respondió Alaric.
—Precisamente —Nux inclinó la cabeza con una sonrisa juguetona en su rostro y el público abrió sus ojos en sorpresa.
—¿Qué...?
—¿El Diablo es... Nux Leander...?
Más y más confusión se esparció por todo el lugar.
Alaric, sin embargo, no estaba convencido: