—¿Tus hombres...? ¿Quién...? —preguntó Nux con una sonrisa juguetona en su rostro.
Por otro lado, Arcturus entrecerró los ojos confundido. Nux parecía demasiado tranquilo en esta situación, era como si tuviera un as bajo la manga que estaba escondiendo.
Y justo cuando estaba pensando en esto,
40 de los 50 Dragones de Estadio Divino que habían rodeado el estadio volvieron a sus formas humanoides y se situaron detrás de Nux.
—¿Qué...? —Arcturus y todos los demás presentes en el estadio parpadearon sorprendidos, incapaces de creer lo que estaban viendo. Incluso Ambrosia, que siempre parecía tener una sonrisa curiosa en su rostro, miraba el escenario con absoluta incredulidad.
Nux, por otro lado, simplemente miró a Arcturus y,
—¿De qué hombres hablabas, eh? ¿Los 10? ¿Quién dijo que iban a salir de esta vivos? —preguntó él.