—Amaya…
Una mujer llamó.
Había una expresión estricta en el rostro de la mujer y su voz llevaba un tono autoritario que no daba cabida a ninguna objeción. Sin embargo, si una perspectiva observadora estuviera observando la situación, habría notado que, a pesar de la autoridad en su voz, por un brevísimo momento, esta se quebró. La mujer que llamó a Amaya la miró con una expresión de culpa en su rostro, no obstante, fue rápida en ocultar esa expresión, asegurándose de que nadie lo notara.
Amaya, que escuchó la voz de la mujer, abrió sus ojos oscuros y la miró fijamente, esperando sus palabras.
La mujer se estremeció cuando vio esos ojos claros en los ojos de la niña que amaba, sin embargo, sabiendo que no había nada que pudiera hacer en esta situación, rápidamente recuperó el control sobre sus emociones y,
—Vas a ir al Reino Skyfall como la novia del Rey de Skyfall.
Informó.
—Está bien.
La pequeña Amaya asintió.