—Me torturaste bastante en la ilusión. Vas a compensarlo durante los próximos días. —Amaya ordenó, por su tono, estaba claro que Nux no tenía elección en el asunto y, para ser sinceros, tampoco necesitaba ninguna elección.
A diferencia de otras pruebas que terminaban en cuestión de meses, por alguna extraña razón, la Prueba de Amaya duró todo un año. Por lo tanto, no había visto este pequeño paquete de belleza durante todo un año. Obviamente, no planeaba terminar este encuentro con un simple abrazo. Iba a por algo... mucho más placentero.
Aunque el razonamiento de la mujer era un poco... bueno... extraño. No era diferente a: «Hiciste algo conmigo en mi sueño, así que no te hablaré», pero dado que el resultado final era bueno, Nux estaba satisfecho.