—Devoré la Sangre porque sentí que ya no la necesitaba —respondió Amaya con un encogimiento de hombros, y las personas que la rodeaban no podían creer lo que acababan de escuchar.
—¿Qué...? —Aeliana miró a la mujer frente a ella con una expresión de asombro en su rostro. Su boca estaba abierta y su mente estaba llena de preguntas. Sin embargo, recordó que estaba frente a una mujer cuyo esposo podía usar las habilidades de cada raza y calmó su corazón.
Esto no es nada sorprendente en comparación con el monstruo que era su esposo.
El mencionado esposo, sin embargo, estaba mucho más sorprendido que nadie. ¿Quién aquí sabía cómo funcionaban las Pruebas y los Linajes más que él? Y ya que sabía tanto, su sorpresa era aún más razonable.
—Deberías haber estado inconsciente cuando recibiste esa sangre, entonces, ¿cómo la devoraste? —Nux no pudo evitar preguntar.