Las pupilas de Joey Thompson se contrajeron, y su voz reveló su tensión al preguntar —¿Quién eres?
Apretó los puños, recordando lo que había pasado antes de llegar aquí.
Regresó a la villa después de recibir una llamada de teléfono en mitad de la noche.
La villa estaba en desorden, el salón estaba destrozado y la niñera y los guardaespaldas estaban heridos, ahora bajaban la cabeza en silencio, sin atreverse a hablar.
Joey Thompson estaba casi frenético —¿Qué está pasando? ¡¿Quién hizo esto?!
La niñera, mirándolo, comenzó —Señor, fue así: un grupo de personas entró a la fuerza, subió y se llevó a la señora. Después de llamarlo a usted, no tardó mucho en entrar otra persona, nos golpeó y luego se fue...
Se acordaba de la persona que llegó después, la rabia en él como un guepardo cuando descubrió que Iris Thompson había sido llevada de nuevo, su mirada asesina.
Solo pensar en esa mirada hacía que el cuerpo de la niñera temblara de miedo.