—Joey Thompson la miró, su mandíbula estaba apretada.
—Sabía que después de que ella conociera la verdad, no habría posibilidad alguna para ellos dos, nunca más.
—Esta hermana pequeña suave y apacible en realidad tenía un núcleo muy firme. Una vez que se decidía por algo, avanzaba sin mirar atrás, ni siquiera nueve bueyes podían hacerla retroceder.
—Miró a Gloria Sharman con resentimiento.
—¡Si no fuera por ella, la verdad no se hubiera expuesto aquí!
—Apretó los puños pero no se atrevió a encontrarse con la mirada de Iris Thompson.
—Iris Thompson todavía lo miraba. Se mordió el labio y dijo:
—Tú, tú das miedo...
—Aterrador...
—Esas dos palabras hicieron que el corazón de Joey Thompson se contrajera repentinamente.
—Lo que más temía era que algún día Iris le tuviera miedo... que se alejara de él...
—Frunció el ceño y aunque había logrado mantener una expresión estable hasta ese momento, finalmente comenzó a desmoronarse, y enojado, gritó: