Se conocían desde hacía muchos años, por lo que Yun Shan no era solo su hermana, sino también la hermana de Wei Zhijie.
—Hermana, he decidido abrir un café. ¿Qué opinas? —las repentinas palabras de Yun Shan interrumpieron la línea de pensamientos de Hai Lan.
Hai Lan estaba desconcertada:
—¿No estabas estudiando idiomas extranjeros y planeando estudiar en el extranjero?
Yun Shan echó un vistazo a Wei Zhijie y puso morritos:
—Ya no quiero estudiar en el extranjero. Quiero quedarme cerca de mamá y papá y de todos vosotros. No hay nada bueno en estar en el extranjero; no quiero ir.
Hai Lan todavía estaba sorprendida por su repentino cambio de opinión.
Estudiar en el extranjero no solo era el sueño de toda la vida de Yun Shan, sino también un deseo de los padres de la Familia Yun.
—Yun Shan, ¿por qué decidiste de repente no estudiar en el extranjero? ¿Lo saben mamá y papá? —Hai Lan preguntó con curiosidad.