Mientras los dos hablaban, de repente ambos sintieron un escalofrío en sus mentes. Varias poderosas auras se acercaban desde la distancia.
—¡Están viniendo!
En ese momento, Augusto Charlton realmente comenzó a sentirse un poco nervioso. Peter Brown sabía que debían ser los individuos que mencionó Augusto Charlton, aquellos que habían abierto el mundo Inmortal, quienes estaban llegando. No había esperado que llegaran tan rápidamente.
Peter Brown se levantó y se acercó. En ese momento, muchos cultivadores sintieron la fuerza opresiva de este poder, un poder inmensamente ilimitado que la otra parte había liberado deliberadamente.
—Los cuatro están aquí.
Augusto Charlton se mantuvo al lado de Peter Brown. Peter Brown no reveló su propia aura y simplemente se quedó allí, observando. Poco después, cuatro individuos ya estaban de pie frente a la estatua gigante, con sus miradas todas puestas sobre ella. Al ver esto, una sonrisa apareció en las comisuras de la boca de Peter Brown.