«¿Qué tipo de invención debería idear?», Pedro Brown se lo preguntaba seriamente.
Con una idea revolviendo en su mente, Pedro reflexionó sobre los problemas crecientes de la contaminación y los atascos de tráfico en las ciudades. El corazón del problema era que las personas dependían en exceso de las herramientas de transporte. Si se pudiera abordar este medio de transporte, las carreteras seguramente estarían menos congestionadas con coches y, a su vez, la demanda de energía disminuiría, llevando a una vía más tranquila.
Con este pensamiento, recordó los principios de la formación de teletransportación y el Talismán de Teletransportación.
Era posible inventar un nuevo modo de transporte.
Considerando que las personas habían evolucionado hasta un punto en el que sus cuerpos podían soportar la compresión de energía de la teletransportación, Pedro decidió investigar en esta área.