—Debería ser posible —dijo Penélope rodando los ojos mientras le decía al Sr. Harlow—. Mientras sepas qué decir, ese hombre no tendrá más remedio que estar de acuerdo.
Quería aprovechar este asidero que tenía sobre Nicolai también, pero Penélope temía que el hombre la atacara de nuevo. Claramente, a Nicolai no le importaba hacerle daño y herirla; las cicatrices en su rostro eran suficiente evidencia para demostrarlo.
Nicolai había sido embrujado por esa mujer. Penélope no tenía idea de si Ariana usaba su cuerpo o su rostro, pero había enredado a Nicolai alrededor de su dedo meñique. Si esto continuaba, entonces Penélope estaba segura de que Nicolai accedería a casarse con Ariana.
No podía permitir que eso sucediera. Esa mujer le había quitado su posición y su familia; ¿cómo podría llevarse también al hombre con el que ella quería casarse?