—¿Aparte de una mujer con cara de cruce de caminos? No creo que se estuviera perdiendo de nada —bromeó Emil mientras tocaba la pantalla de su teléfono—. Estoy seguro de que él te devolverá en tres mitades una vez que este matrimonio se haya acabado.
—Theodore miró a su hija adoptiva antes de suspirar —Entonces, ¿cuándo te mudas?
—¿Qué dijiste? —La sonrisa de Penélope parpadeó mientras miraba a su padre con una expresión inocente—. Por supuesto, me voy a mudar después de casarme con Nicolai, pero ¿cuál es la prisa
—Estoy preguntando sobre antes de tu boda —declaró Theodore fríamente—. Te dije que ninguna hija mía se casará con los Fantasmas o las Serpientes. Ya que claramente tomas mis palabras como mierda, seguramente ya has decidido mudarte y quedarte con tu padre biológico?
—Pshh, Penélope, eres realmente buena —se carcajeó Emil—. Hiciste que nuestro padre maldijera. Esta es la primera vez que lo escucho maldecir.