Veneno Lento

Ariana sintió su corazón golpear contra su pecho cuando escuchó a Danny decir el nombre de Nicolás.

Tenía que recordarse a sí misma no mostrar el repentino alboroto de emoción que sintió en su corazón cuando Danny mencionó su nombre frente a ella.

—¿Nicolás? —preguntó con una voz calmada aunque su corazón galopaba como un caballo.

—Sí, Nicolás. No digas que no tienes nada que ver con él—ese maldito bastardo estuvo investigándome el otro día. Quería asegurarse de que realmente me interesaban los hombres y no lo fingía para acercarme a ti. Aparentemente, si hubiera mentido, eso habría llevado a que me arrancaran la lengua de la boca y me la hicieran comer —dijo Danny sin expresión.

Querido Señor.

Por favor dile que no lo hizo, pero dado lo posesivo que Nicolás era hacia ella, Ariana sabía que debió haberlo hecho realmente.