—¿Quién eres tú? —Cuando Julio Reed intentó preguntar de nuevo, no hubo sonido alguno proveniente del teléfono.
—¡Ve a Five-state International! —Él gritó en voz alta.
—¡Entendido! —Aron Jackson arrancó el carro, pisó el acelerador y condujo con fuerza el sedán.
Temprano en la mañana. Las calles no estaban concurridas y la velocidad del carro había alcanzado casi los 140.
Durante el trayecto, Julio Reed marcó el teléfono móvil de Templeton Lena; nadie respondió. Intentó llamar a Venassa Pine, pero nuevamente, nadie respondió. Incluso la línea fija de la Academia del Libro Siete Nubes en Five-state International estaba fuera de alcance.
—Jefe, ¿quién es exactamente la otra parte? —Aron Jackson preguntó ansiosamente—. ¿Debo llamar a los hermanos?
Por el tono y la expresión de Julio Reed, sabía que el asunto era serio.