Escapando del Infierno (2)

—¿Ya regresaste? ¿Dónde está Molly? ¿Por qué no entras? —Cuando Bai Qingqing llegó al árbol de Edgar, vio que Alva estaba posado en una rama, así que le llamó.

—No es como si fuera su macho. ¿Qué voy a hacer si entro? ¿jugar un juego? —Alva instantáneamente puso una expresión indiferente y dijo.

—¿No se dice que los machos que rescatan a una hembra pueden pedir ser su compañero? —Bai Qingqing alzó una ceja y le molestó.

—La que me gusta eres tú, no ella —La mirada de Alva titiló y dijo.

—¡Ooh! —Parker mostró una expresión feroz.

—Te subiré. Pasa tus brazos alrededor de mi cuello —Parker rodeó con un brazo el cuerpo de Bai Qingqing y la levantó del suelo.

—Mm —respondió Bai Qingqing.

A casi cinco meses de embarazo, la barriga de Bai Qingqing se había vuelto muy evidente. Afortunadamente, Parker tenía extremidades largas y aún así podía rodearle la cintura con sus brazos.