El más peludo...
—¡Eres el más peludo! Quiero trenzar tu pelaje. ¡Transfórmate en leopardo ahora mismo! —bufó enojada Bai Qingqing.
—Está bien. —El intrépido Parker se transformó en un leopardo con una gran sonrisa, luego abrió su boca y continuó rugiendo de risa.
—... Nunca he visto a un leopardo reírse así antes. —comentó Bai Qingqing.
Si esto se subiera a Internet, probablemente la gente sospecharía que este leopardo se ha vuelto loco.
Después de tomar un sorbo de la aromática sopa, Bai Qingqing se agachó seriamente junto a Parker y comenzó a trenzar sus cortos pelos.
Todavía quedaba media olla de los fideos con sopa en la mesa de piedra. Después de intercambiar miradas, los cachorros se deslizaron sigilosamente sobre la mesa y juntaron sus cabezas mientras empezaban a sorber secretamente lo que quedaba.