Aullido aullido aullido~
Los tres leopardos se apoyaron contra el costado de la mesa ordenadamente, mirando a Bai Qingqing y aullando sin cesar.
Bai Qingqing los miró con reproche, pero se rindió ante sus adorables apariencias. Cogió tres torcidos de masa frita y los metió en sus bocas.
—Baja y cómetelo. No pongas los pies en la mesa —dijo Bai Qingqing con voz suave.
Los cachorros de leopardo comenzaron a comer deliciosamente, sin importarles que no fuera carne.
Parker miró inconscientemente y vio que Bai Qingqing había traído otro gran cuenco de masa. Los torcidos de masa en el gran cuenco de piedra al lado ya estaban apilados formando una pequeña montaña.
Ver la comida que se parecía mucho a Curtis hizo que Parker se sintiera incómodo. Al ver que Bai Qingqing no paraba, no pudo evitar fruncir el ceño.
—Eso debería ser suficiente —dijo Parker con expresión sombría.