Dreams of White Tresses

Después de encontrarse en un mundo de hombres bestia, un leopardo la rescata y más tarde la secuestra. Bai Qingqing sufre bastante un colapso mental porque los machos en este mundo son tan hermosos y apuestos como pavos reales pavoneándose. Por otro lado, las hembras son ridículamente feas, pero aún así extremadamente valoradas por los machos.
Como una hermosa estudiante de secundaria, de alguna manera se ha convertido en la belleza más hechizante de este mundo.
Lo peor de todo, este mundo es una sociedad matriarcal. ¡Ella no quiere tres cuatro maridos atendiéndola! Su vida se convierte en provocar a un leopardo, hacerle cosquillas a un tigre, seducir a una serpiente venenosa y capturar a un águila. Bai Qingqing, con un harén completo, está demasiado conmovida como para llorar. Realmente no quería nada de esto.
—Oye, oye, Hermano Leopardo, Hermano Tigre, Hermano Serpiente, Hermano Águila, ¿qué están haciendo? ¡Retrocedan!
Hay cuatro protagonistas masculinos: El joven y fuerte leopardo, la serpiente emo y silenciosa, el poderoso tigre, y el águila distante y solitaria.

Belleza y las Bestias

—Bai Qingqing amasaría la masa en animales de cuatro patas de diferentes especies, luego los amasaría en serpientes que parecían lombrices de tierra. Claramente había tratado la comida como juguetes.


—Parker miró durante un buen rato. Cuando vio lo que probablemente era la figura de Curtis siendo enrollada en un bulto, se echó a reír —¡Jajajaja... Dame eso para mostrárselo a Curtis!.


—Bai Qingqing rápido levantó sus manos y evitó la suya —La miró fijamente y le dijo:


— No me molestes. ¡Estoy haciendo torcidos de masa frita! ¡Es comida de verdad!.


—Para hacer que sus palabras sonaran más convincentes, Bai Qingqing incluso asintió firmemente.


—Aunque había comenzado esto por diversión, para hacer torcidos de masa frita, primero se debe estirar la masa en tiras largas —Después de que Parker dijera esto, ¿cómo podría comer torcidos de masa frita delante de Curtis?.


—Parker no dejó de sonreír, claramente no le creía —Bai Qingqing lo pateó y dijo furiosa:


Sin Título