—Silencio... La zona entera cayó en un silencio sepulcral.
Las palabras de Xi Xingyi los habían tomado por sorpresa.
—¿¡Qué?! —exclamaron varios al unísono.
—¿Así que ese tipo no quiere responsabilizarse? —dijo alguien indignado.
—¡Qué hombre tan irresponsable! —se quejó otro.
—¿Qué clase de hombre es él? ¡Estoy decepcionada! —expresó una mujer.
—Yo también. Solo tiene una cara guapa, pero su personalidad es terrible. —comentó otra.
—Como pensé, ¡la mayoría de los hombres guapos son malas personas! —concluyó alguien más.
Todos se hicieron la idea equivocada porque Xi Xingyi dijo algo tan impactante.
Ella ignoró el murmullo y miró a Xiao Tian. Usó este método porque él siempre rehusaba hablar con ella.
Xiao Tian detuvo instantáneamente sus pasos y se giró.
—Ya veo. Entonces, ¿quieres jugar, eh? Entonces no me culpes por aprovechar la situación. —pensó él con una sonrisa maliciosa.
Con esa idea en mente, caminó hacia ella con una sonrisa suave en su guapo rostro.